En filosofía suele hablarse de problemas, en la medida en que el pensamiento racional (el filosófico, pero, en rigor, también el científico) no puede ofrecer respuestas cerradas que clausuren definitivamente el objeto que esté sometido a estudio.

La filosofía es arma de destrucción masiva. Dinamita los mitos de los que las masas se alimentan, que producen identidad, bajo cuyo peso muerto los individuos quedan diluidos. Es guerra contra el relativismo y el dogmatismo. Es defensa contra la confusión del lenguaje común, periodístico, político, contra la fuerza ciega de la masa, pues la masa no puede filosofar. El enemigo es la estupidez, que, como Dios, está en todas partes y en uno mismo. El yo es idiota. Escribo por destruir.
2 comentarios:
Enhorabuena por tus reflexiones, soy un colega de filosofía que te sigue. Un saludo del marinero en tierra, claro.
Gracias, compañero.
Es un placer saber que se le lee a uno y que algunas palabras no "claman en el desierto" completamente.
Un saludo de argonauta del lenguaje
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