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La filosofía es arma de destrucción masiva. Dinamita los mitos de los que las masas se alimentan, que producen identidad, bajo cuyo peso muerto los individuos quedan diluidos. Es guerra contra el relativismo y el dogmatismo. Es defensa contra la confusión del lenguaje común, periodístico, político, contra la fuerza ciega de la masa, pues la masa no puede filosofar. El enemigo es la estupidez, que, como Dios, está en todas partes y en uno mismo. El yo es idiota. Escribo por destruir.
El autor
lunes, 30 de octubre de 2017
sábado, 21 de octubre de 2017
La lucha de Jacob. Artículo en La Ilustración liberal
miércoles, 18 de octubre de 2017
Artículo en El Mundo
Artículo en El Mundo sobre la confluencia entre nueva pedagogía y adoctrinamiento nacionalista:
martes, 17 de octubre de 2017
martes, 3 de octubre de 2017
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