Los libros yacen inanimados, yertos en la soledad de pasillos desiertos. La feroz ausencia de los estudiantes, que han huido de su influjo y del riesgo de aprender algo, los relega al papel de cosas muertas...
La filosofía es arma de destrucción masiva. Dinamita los mitos de los que las masas se alimentan, que producen identidad, bajo cuyo peso muerto los individuos quedan diluidos. Es guerra contra el relativismo y el dogmatismo. Es defensa contra la confusión del lenguaje común, periodístico, político, contra la fuerza ciega de la masa, pues la masa no puede filosofar. El enemigo es la estupidez, que, como Dios, está en todas partes y en uno mismo. El yo es idiota. Escribo por destruir.
2 comentarios:
Estimado Sr.Tortosa:
La imagen me resulta más que habitual. Soy profesora de secundaria, aunque en Alemania, en un pueblecito. Aquí -por suerte- la mayoría de los alumnos, aunque son vagos, quieren "desconectarse" de Matrix, y enseñar sigue siendo un trabajo muy agradable. He leído su libro este verano y me gustó mucho al mismo tiempo que me aportó unas cuantas ideas útiles, por lo que le doy las gracias. Seguiré lo que escriba con gran interés. Un saludo desde la Selva Negra.
Muchas gracias por su respaldo desde la distancia y su fidelidad lectora. Me interesaría saber su dirección de email para consultarle algunas cosas sobre la situación en Alemania. Lo más sencillo y discreto es que deje usted un comentario en mi blog El Jardín de Epicuro de Periodista Digital (http://blogs.periodistadigital.com/epicuro.php) porque me llegaría directamente a mi correo y podría responderle con un mensaje algo más personalizado.
Gracias de nuevo
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